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Lactancia materna: beneficios, retos e investigaciones

Por Dulce García, Rodrigo Sánchez y Abril Mulato

Alrededor de 820.000 muertes de niñes menores de cinco años podrían evitarse anualmente si las recomendaciones sobre la lactancia materna se respetaran, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Pero no solo eso, la lactancia materna también evitaría miles fallecimientos de madres. 

Según el informe “Lactancia materna. El regalo de una madre para cada niño” publicado por UNICEF, “la lactancia materna protege a las madres de posibles hemorragias y depresión posparto, cáncer de ovario y mama, infarto y diabetes de tipo 2. “Está demostrado que mejorar las cifras de lactancia en el mundo podría prevenir unas 20.000 muertes maternas por cáncer de mama al año”, dice el estudio.

Desde el 1 de agosto y hasta el próximo miércoles 7 de agosto, a nivel mundial diversas instituciones conmemoran la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una campaña coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA,) para crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados con la lactancia materna. 

Y es que amamantar además de salvar vidas es de suma relevancia para les recién nacides. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el desequilibrio, exceso o carencia en la incorporación de nutrientes durante las primeras etapas de la vida puede tener como resultado daños definitivos en el crecimiento y desarrollo del cerebro. Entre las principales consecuencias de la mala nutrición se encuentran las alteraciones musculares, cardio-respiratorias e inmunológicas, además de efectos adversos psicosociales como depresión, apatía, ansiedad y autorrechazo. 

La lactancia es un derecho universal tanto de madres como de hijes, pero, también es cierto que no siempre existen las condiciones para ejercerla. A veces la formación de los profesionales sanitarios es escasa; otras las madres no cuentan con el permiso de maternidad suficientemente extenso (la OMS sugiere (al menos 6 meses de lactancia exclusiva) para amamantar a su bebé; y algunas más no se sienten apoyadas durante el postparto; y sí, en ocasiones, son juzgadas por alimentar a sus bebés en público.

Si a esto agregamos la inexistencia de políticas que promuevan el apoyo y la protección de la lactancia materna podemos entenderlo: Amamantar no siempre es fácil.

Otro factor a considerar cuando hablamos de lactancia materna es que no es para todxs las mujeres y que los motivos para no hacerlo deben de respetarse, como también se debe garantizar que las que sí lo desean puedan hacerlo libremente. 

La lactancia materna no es para todxs y está bien

La lactancia materna es reconocida por sus numerosos beneficios para la salud tanto de la madre como del bebé, pero también implica desafíos significativos. De acuerdo con lo establecido con la Organización Panamericana de Salud (OPS), “las madres y los bebés deben recibir apoyo para permanecer juntos y practicar el contacto piel a piel y / o el método de madres canguro”, pero no siempre se dan esas condiciones. 

Además de la falta de apoyo en el lugar de trabajo, las barreras físicas y psicológicas, y la desinformación, muchas madres enfrentan críticas y presiones sociales por no poder amamantar o elegir no hacerlo. Estas mujeres, motivadas por diversas razones personales, a menudo deben enfrentar estigmas, comentarios perjudiciales sobre su elección de crianza y una intensa presión social.

Existen varios factores y situaciones que pueden influir en la decisión de no optar por la lactancia materna, como experiencias previas difíciles —la mastitis, el temor al dolor o la preocupación por la cantidad insuficiente de leche—; la incompatibilidad con el estilo de vida o el trabajo; o problemas físicos poco comunes como la hipogalactia (escasa producción de leche materna).

Expertos en lactancia también señalan que en ocasiones, las mujeres se auto exigen al comparar la experiencia de lactancia de sus hijos previos o la de otras madres cercanas. Sin embargo, cada situación es única.

En la Semana Mundial de la Lactancia Materna resulta indispensable que además de garantizar a las mujeres y a sus hijes el derecho de amamantar, también es es importante respetar a aquellas que no quieren. Lo importante es que la mujer tome la decisión sin presiones externas ni sociales y que cuente con toda la información necesaria para hacerlo.

“Es esencial que las mujeres puedan ejercer su derecho a amamantar sin sentirse juzgadas o presionadas”, señala Aranzazu Canal, directora de operaciones de las clínicas de atención a la mujer Reina Madre. “Por eso esta Semana Mundial de la Lactancia Materna, es necesario informar y educar a nuestras pacientes sobre los beneficios de la lactancia materna, así como a proporcionar el apoyo necesario para que cada madre tome la mejor decisión para ella y su bebé”.

La lactancia materna en situaciones especiales

Mucho se habla de los beneficios a largo plazo de la lactancia materna, incluyendo su efecto protector contra la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), principalmente sobrepeso e hipertensión. Diversos estudios y evidencia científica respaldan esta teoría y aseguran que tan solo en Estados Unidos si el 90% de las madres amamantaran se ahorrarían ​​13 mil millones de dólares al año en consultas médicas pediátricas.

No obstante, hay mucha desinformación relacionada con las implicaciones de amamantar cuando la madre posee alguna enfermedad crónica o infección. Equivocadamente se piensa que algunas condiciones como la mastitis, patologías mamarias benignas, la diabetes o inclusive la presencia de piercings son contraindicaciones, cuando en realidad no afectan la seguridad de la lactancia.

Por otro lado, hay enfermedades maternas más complejas que no necesariamente impiden la lactancia y requieren una valoración individualizada, entre ellas la hepatitis B, la hepatitis C, cáncer, epilepsia, enfermedad del Lyme y depresión. Estos casos subrayan la importancia de contar con un seguimiento médico después del parto.

Si el bebé es quien enferma, la leche materna contribuye a su recuperación, pues contiene anticuerpos, glóbulos blancos, citoblastos y enzimas protectoras que contribuyen a combatir las infecciones. Además, favorece el aumento de los niveles de leucocitos (las células que refuerzan el sistema inmunitario). De cualquier manera, es importante recordar que siempre es necesario consultar a un profesional de la salud.

El papel de la lactancia es tan crucial en situaciones especiales, que los hospitales cuentan con un Banco de Leche que asegura la alimentación de los bebés que por causas mayores, no pueden ser amamantados por la propia madre. Además de los neonatos prematuros, los recién nacidos con bajo peso, con riesgo de desarrollar patologías intestinales, con deficiencias inmunitarias o inclusive con infecciones generalizadas graves se benefician del consumo de leche materna.

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, los especialistas hacen un llamado para reconocer su importancia y desarrollar programas de inversión que protejan, promuevan y apoyen esta práctica fundamental. La lactancia materna no solo puede salvar vidas, sino que también contribuye significativamente al bienestar a largo plazo tanto del bebé como de la madre. Diversos estudios demuestran que la lactancia materna puede reducir hasta un 4% el riesgo de cáncer de mama y un 27% el riesgo de cáncer de ovario, subrayando sus beneficios para la salud materna e infantil.

Investigaciones y estudios recientes sobre lactancia materna. 

En los últimos años, diversas investigaciones han hablado sobre la importancia y beneficios de la lactancia materna. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) apuntó en un estudio del 2018 que la lactancia materna desde la primera hora de nacimiento y hasta los dos años o más, complementada con alimentos apropiados, es una de las prácticas más poderosas para promover la supervivencia y el bienestar infantil. 

Los datos del reporte de la UNICEF que fueron recabados en 123 países, concluyen que aunque el 95% de los bebés alguna vez recibió leche materna, la tasa varía según los ingresos de sus familias; en los países de bajos y medianos recursos sólo el 4%, o uno de cada cinco bebés, no son amamantados, mientras que en los países de altos ingresos, el 21%,, uno de cada cinco, nunca reciben leche materna.

Por otro lado, una investigación publicada en la revista The Lancet Global Health demostró que la lactancia materna tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo de les niñes. El estudio concluyó que los infantes que son amamantados por más tiempo obtuvieron mayores puntajes en pruebas de inteligencia y rendimiento académico en comparación con los que no fueron amamantados. Se cree que mayor exposición a ciertos ácidos grasos de la leche materna que son necesarios para el desarrollo del cerebro, pueden ser un factor de aumento de la inteligencia.

Un análisis del 2020 en México publicado en SciELO, evaluó el nivel de conocimiento y actitudes de los estudiantes universitarios respecto a la lactancia materna. Los resultados arrojaron que aunque la mayoría reconocen los beneficios, sobre todo los estudiantes de áreas de la salud, hay una necesidad significativa de educación adicional sobre temas como la duración de la lactancia, la reducción del riesgo en el desarrollo de la obesidad, infecciones y alergias.

En 2022, Philips Avent publicó una encuesta realizada a más de 6.000 personas de 25 países con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Reveló que alrededor del 66% de las madres de todo el mundo se sentirían más seguras y cómodas amamantando público si se considerara “normal”, el 52% asegura que la vergüenza de dar pecho frente a desconocidos es la razón principal para no hacerlo y el 40% no considera la posibilidad de extraerse leche en público.

Las investigaciones recientes subrayan la importancia de la lactancia materna para la salud y el desarrollo infantil, así como los desafíos que enfrentan las madres frente a la sociedad. Una educación adecuada sobre el tema y la implementación de políticas públicas que apoyen la lactancia materna son primordiales para fomentarla y maximizar sus beneficios.

¿Qué políticas y legislaciones protegen y promueven la lactancia en áreas de trabajo?

La lactancia es un derecho universal que toda madre debe tener de manera absoluta, sin embargo, muy pocas empresas otorgan permisos para amamantar a su bebé, por lo que muchas mujeres deciden dejar de hacerlo y recurrir a fórmulas lácteas, apuntó Xochiquetzal Chávez de la organización Mujeres que Nutre (MUN). En cuanto al marco jurídico, Chávez puntualizó que de acuerdo al artículo 4 de la Ley de Protección a la Lactancia Materna en México: “Las mujeres tienen derecho a lactar a sus hijos en cualquier lugar en que se encuentren, sin restricción alguna”. 

La Ley General de la Salud señala que las autoridades sanitarias establecerán capacitación, ayuda y fomento a la lactancia materna, que incluye impulsar la instalación de salas de lactancia en los centros de trabajo de los sectores públicos y privados.

Aunado a lo anterior, el Artículo 28 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado establece que durante la lactancia las mujeres deben contar con el derecho a dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno, o un descanso extraordinario de una hora por día para amamantar a sus hijes en un lugar adecuado e higiénico que designe la institución.

En cuanto a la Legislación Federal, el artículo 11 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia considera que el impedirles a las mujeres llevar a cabo el periodo de lactancia constituye violencia laboral.

Adicionalmente la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación exige “realizar acciones para la corresponsabilidad en la vida laboral, familiar y personal con igualdad de oportunidades”. La normativa establece que se debe promover la práctica en los centros de trabajo y contar con un espacio privado, adecuado e higiénico para realizarla.

También, la Secretaría de Salud en conjunto con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, emitieron la Guía para la Instalación y Funcionamiento de las Salas de Lactancia para promover la orientación en la habilitación de dichos espacios.

La lactancia materna es una etapa primordial para el desarrollo de los bebés, por ello es urgente tomar acciones para promoverla en cualquier espacio público, sobre todo en el área de trabajo, porque aún con las numerosas políticas, guías y comunicación, seis de cada diez mamás afirman haberse escondido en el baño u otra habitación para poder amamantar.

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