Por Rodrigo Sánchez, Dulce García y Abril Mulato
Son un tema de debate entre líderes mundiales y una preocupación recurrente en las campañas políticas. Constituyen una parte vital de la fuerza laboral en numerosas naciones y son personas capaces de abandonar todo lo que conocen —familia, país, raíces— para embarcarse en viajes que pueden durar meses y hasta años. Su motivación es la misma que la de todos: buscar un futuro mejor tanto para ellos como para los que quieren.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el término migrante no está definido en el derecho internacional pero, por uso común, designa a toda persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de manera temporal o permanente, y por diversas razones.
El duodécimo informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024 de la OIM, publicado en mayo de este año, señala que en 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, una cifra equivalente al 3,6% de la población mundial. El análisis indica que globalmente, el número estimado de migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cinco décadas.
En 2022, Europa y Asia acogían a alrededor de 87 millones y 86 millones de migrantes internacionales, respectivamente, sumando el 61% de la población mundial total de migrantes internacionales. Les seguían América del Norte, con casi 59 millones de migrantes internacionales, equivalentes al 21% de la población mundial de migrantes, África, con el 9%, América Latina y el Caribe, con el 5%, y Oceanía, con el 3%.
Por otro lado, Estados Unidos ha sido el principal destino de migrantes internacionales desde 1970, y desde entonces, el número de migrantes que residen en el país ha aumentado significativamente, pasando de 12 millones en 1970 a cerca de 51 millones en 2020, según las autoridades migratorias. Alemania, como el segundo país de destino más importante para los migrantes, también ha experimentado un notable incremento, creciendo de 9 millones en el año 2000 a casi 16 millones en 2020.
Aunque un gran volumen de información errónea y politización de la temática han enturbiado el discurso público, como lo señala, Amy Pope, directora General de la OIM, la migración internacional “sigue siendo un agente que impulsa el desarrollo humano y el crecimiento económico” y el aumento de más del 650% en las remesas internacionales de 2000 a 2022 lo confirman. Sin embargo, sigue habiendo desafíos.
Explorando las causas de la migración
Normalmente, al abordar la migración, empezamos por analizar las cifras. No obstante, es crucial entender la evolución de este fenómeno y las razones que lo impulsan para comprender sus efectos en la economía y la sociedad.
De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la mayoría de las migraciones son regulares, seguras y tienen lugar dentro de regiones específicas, conectadas directamente con oportunidades y medios de vida.
Sin embargo, no todos eligen marcharse por elección propia, en ocasiones se ven obligadas a hacerlo por necesidad. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los motivos varían, pero destacan el empobrecimiento económico, la falta de acceso a la educación y al empleo, la violencia y otros factores estructurales y personales que impulsan a buscar una nueva vida.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU, los trabajadores migrantes, definidos como personas que migran con el fin de ser empleados, representaron aproximadamente 169 millones en todo el mundo en 2019, es decir, más de dos tercios de los migrantes internacionales.
Para el Parlamento Europeo los motivos de migración se dividen en facturas de empuje o razones por las cuales las personas abandonan un país; y los factores de atracción que son los motivos por los que los migrantes se mudan a un país en particular. De estos hay tres principales:
Los factores sociopolíticos. La persecución étnica, religiosa, política y cultural, junto con la guerra y la persecución gubernamental, son razones clave que impulsan la migración hacia países con políticas más favorables para los solicitantes de asilo.
Factores demográficos y económicos. Estos influyen en cómo las personas migran, afectando el crecimiento económico, el empleo y las políticas migratorias. Las migraciones están ligadas a normativas laborales deficientes, altas tasas de desempleo y la salud económica global.
Factores medioambientales. Los desastres naturales y el cambio climático están impulsando la migración ambiental, afectando a millones de personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a condiciones ambientales adversas. Se proyecta que entre 25 millones y 1.000 millones de personas podrían convertirse en migrantes ambientales para 2050, según la OIM.
Los migrantes se enfrentan a violencias extremas durante y después de su trayecto
Un estudio publicado por la Sección de Trata de Seres Humanos y Tráfico Ilícito de Migrantes (HTMSS) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) asegura que las personas que intentan cruzar la frontera de forma ilegal suelen enfrentarse a violencias extremas, tales como tortura, violación y secuestro. Lo más alarmante es que en muchas ocasiones los funcionarios son cómplices de estos abusos.
El informe presentado por la UNODC también especifica que hay diferencias de acuerdo al género. Los hombres migrantes a menudo son sometidos (durante el viaje o en los periodos de cautiverio entre un lugar y otro) a trabajos forzados, pero las mujeres además de esto tienen mayor exposición al abuso sexual.
La migración ilícita se da principalmente junto a traficantes; hombres y mujeres que se organizan para facilitar cruces fronterizos a personas desesperadas por huir de su país de origen por conflictos, desastres naturales o contextos adversos. Los traficantes pueden transportar a los migrantes en sus propios autos y albergarlos en sus casas, aunque muchos llegan a hogares de personas indígenas o igualmente desplazadas.
Una vez arribando al país de destino, los migrantes enfrentan otra serie de complicaciones. Una de ellas es el acceso a una vivienda debido a la falta de documentación y las negativas de los arrendatarios, quienes en algunos casos acceden pero con acuerdos desiguales y costos superiores al promedio. Estas rentas excesivas provocan que algunos migrantes opten por buscar una casa en venta, sin embargo, los bancos no suelen otorgarles créditos al considerarlos sujetos de alto riesgo.
A los precios inflados y dificultades administrativas se suma la falta de oportunidades laborales. Simplemente en México los migrantes, principalmente de origen centroamericano, se ven obligados a recurrir a servicios humanitarios. La Organización Mundial para las Migraciones (OIM) realizó un estudio al respecto y reportó que de las personas entrevistadas 92% de mujeres y 86% de hombres migrantes no tienen acceso al mercado laboral.
Esta necesidad de generar ingresos es la principal causa en el país de búsqueda de asistencia humanitaria, seguido de la falta de alimentación y la falta de acceso a servicios médicos. El informe también señala que el 69% de las personas encuestadas no van a hospitales a pesar de necesitar la atención por temor a ser deportados.
Es importante mencionar que México es solo un país de paso y que la mayoría de los migrantes tienen como destino final Estados Unidos. Sin embargo, ahí las medidas son aún más severas por la cantidad de personas en búsqueda de mejores oportunidades y las recientes acciones gubernamentales que buscan detener los cruces irregulares en la frontera.
El impacto de las remesas en la economía nacional
Al dinero que los migrantes envían a sus familias en su país de origen se le llama “remesas” y representan un pilar fundamental para la economía, especialmente en México, uno de los principales receptores de remesas a nivel mundial.
Las remesas son una fuente clave de ingresos para millones de hogares. Desde 2024 han mantenido una tendencia a la alza, incluso durante la pandemia. Según el Banco Mundial, en 2023 México recibió un récord de 58.510 millones de dólares en remesas, un incremento del 13% respecto al año anterior.
Pero, ¿cómo contribuyen a la economía del país? Las remesas representan un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB); aproximadamente el 4% en 2022. Esto crea un efecto multiplicador local, dinamizando la actividad económica. Sin embargo, un informe de la asociación mexicana Signos Vitales, compartió que aproximadamente 4.400 millones de dólares (el 7.6% de las remesas enviadas a México en 2022) podrían proceder del crimen organizado.
Se estima que en el país hay más de 1.9 millones de hogares que dependen de las remesas para cubrir sus necesidades básicas, acceder a servicios de salud, educación y vivienda, además de financiar pequeños negocios que contribuyen al desarrollo económico de sus comunidades. Michoacán, Jalisco y Guanajuato son los estados que más remesas reciben en el territorio mexicano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha agradecido en numerosas ocasiones a los cerca de 38 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, de quienes provienen la mayoría de las remesas que benefician a cerca de 10 millones de familias pobres. “Es parte de lo amoroso que es el pueblo de México.”, dijo el mandatario.
La migración también ha producido un cambio profundo en los roles de género. Las migrantes mexicanas se han convertido en figuras clave para el envío de remesas y en la estructura social tanto en los países de origen como de destino, explica El Financiero. Su contribución económica ha desafiando la idea tradicional del hombre como único proveedor.
Sin duda, las remesas tienen un papel importante en la economía del país, no obstante, es fundamental, implementar políticas que promuevan su uso productivo y trabajar en condiciones dignas de empleo para dejar de depender de ellas y que los mexicanos no tengan que buscar oportunidades fuera del país.
Las leyes que intentan regular la migración en México y EUA
La regulación de la migración es un tema complejo y crítico tanto para México como para Estados Unidos. Ambas naciones han desarrollado leyes y políticas destinadas a gestionar el flujo de personas que cruzan sus fronteras y a medida que pasa el tiempo y cambian las administraciones, se van agregando y modificando.
México tiene una Ley de Migración promulgada en 2011, donde se establecen las obligaciones de los migrantes, el respeto a los derechos humanos que merecen sin importar su situación legal, el proceso de regulación, detención y deportación, y la protección de grupos vulnerables como niños y mujeres.
Como ley complementaria se encuentra la Ley de Refugiados, Protección y Asilo Político que se enfoca en la protección de las personas que solicitan asilo y se encarga de garantizar que México cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de refugio y derechos humanos.
Por otro lado, Estados Unidos cuenta con la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) en su Código, promulgada originalmente en 1952, pero con modificaciones en numerosas ocasiones. Esta ley define las categorías de visas, los límites numéricos anuales para la admisión de migrantes y las políticas y procedimientos para el control de las fronteras, detención y deportación.
En la administración de Barack Obama se implementó una política llamada Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA) que permite a jóvenes indocumentados que llegaron a EUA siendo niños, recibir un permiso de trabajo y protección temporal contra la deportación.
A partir del 1 de julio del 2024 entraron en vigor nuevas leyes en varios estados de EUA. Por ejemplo, Washington permitirá a los migrantes obtener licencias profesionales que antes se podían conseguir sólo con un número de seguro social e Illinois entregará permisos de conducir a inmigrantes.
La ley SB-4 de Texas es considerada una de las medidas más drásticas en la historia de EUA, pues convierte en delito menor que un extranjero ingrese a otro país de forma ilegal y podría ser castigado hasta con seis meses de cárcel. Además, la Justicia Estatal puede expulsar al extranjero. Iowa, Tennessee, Nueva Hampshire, Georgia, Florida, Luisiana, Carolina del Norte y Arizona tienen políticas similares.
El tema migratorio es uno de los pilares más importantes del debate electoral en EUA, sobre todo para el Partido Republicano que busca tener medidas más duras con las personas que vivan de forma ilegal en el país. Las leyes de migración en México se enfocan en la protección de los derechos humanos y regularización de su estatus, mientras que para Estados Unidos es primordial el control fronterizo. En ambos países, es y seguirá siendo un tema central y en evolución, influenciado por factores políticos, económicos y sociales.