Por Rodrigo Sánchez, Dulce García y Abril Mulato
Creado con el objetivo de impulsar el desarrollo y el crecimiento económico y turístico del sureste de México, el Tren Maya es considerado uno de los proyectos insignia del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Desde finales de 2018, el mandatario planteó la construcción de un tren con 1.554 kilómetros de vías y 34 estaciones para conectar los principales centros turísticos de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas.
En diciembre de 2019, el gobierno organizó un proceso de consulta en el que más del 90% de los participantes dieron su apoyo al proyecto. Esto a pesar de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que no cumplió con los estándares internacionales porque solo informó de los aspectos positivos de la obra.
Durante el sexenio de López Obrador, el proyecto ha enfrentado críticas diversas. Aún así las obras para construirlo iniciaron a principios de junio de 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, con el pretexto de reactivar la economía, y el primer tramo fue inaugurado el pasado diciembre de 2023 entre retrasos y sobrecostos.
Apenas el fin de semana, la presidenta electa Claudia Sheinbaum acompañó al presidente de México a supervisar los avances en la construcción de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya, proyectados para concluirse en septiembre. De esta manera, al concluir el sexenio de López Obrador, el tren abarcará desde Palenque hasta Cancún y Playa del Carmen, así como desde Escárcega hasta Chetumal.
“El día 7 u 8 de septiembre ya se cierra todo el circuito porque va a ser de Chetumal, Bacalar, Tulum y Playa Cancún, son mil 554 kilómetros, ya van a estar todas las estaciones y ya van a funcionar los trenes; ya hay 16 trenes, pero en total van a ser un poco más de 40 trenes. En septiembre nos van a entregar un tren para viajes largos, un tren con dormitorios con restaurante, es el primero”, comentó en conferencia López Obrador.
Las controversias alrededor del Tren Maya
La semana pasada, durante una visita al sureste del país, la presidenta electa Claudia Sheinbaum dijo que el Tren Maya es un “proyecto de infraestructura único en el mundo” y aseguró que dará continuidad a su desarrollo.
Destacó que durante la llamada Cuarta Transformación en México, se ha restablecido el papel del Estado al recuperar el servicio de trenes que anteriormente fue privatizado. Habló de la importancia que tiene que las empresas privadas contribuyan a generar riqueza en el país mediante la inversión; y resaltó que el Tren Maya está proporcionando beneficios laborales a los trabajadores mexicanos involucrados en su construcción.
No obstante, Sheinbaum no ha dicho nada sobre cómo abordará las denuncias que la sociedad ha hecho en torno al proyecto en los últimos años. Y es que desde que se inició la obra en 2018, se han manifestado preocupaciones acerca de un desarrollo descontrolado en la zona y un impacto irreversible en el medio ambiente.
En junio de 2021, el Grupo de Reflexión Permanente sobre los Megaproyectos del Sureste de México, advirtió que tras una amplia revisión documental podían concluir que a través del Tren Maya, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) estaba impulsando en la Península de Yucatán la ampliación y avance del mismo esquema depredador que se ha impuesto en los pasados 50 años en el Caribe mexicano.
La agrupación detalló que dicho modelo apuesta por la llegada de grandes inversiones nacionales y extranjeras, para que éstas generen empleos y economías de dudosa conveniencia, no importando los enormes costos sociales y ambientales que esto signifique.
En agosto de 2022, The Associated Press reportó que la construcción del Tren Maya estaba amenazando al pueblo Vida y Esperanza, ubicado en Quintana Roo y habitado mayoritariamente por personas mayas. Informó que sus habitantes temían que el tren contamine sus fuentes de agua subterránea, ponga en riesgo la seguridad de sus hijos y afecte negativamente su acceso a servicios básicos y conexiones con el mundo exterior.
También en marzo de este año, activistas y ambientalistas registraron 24 perforaciones y contaminación del agua derivados por la construcción del Tramo 5 de la obra del Tren Maya. Con videos que fueron retomados por medios nacionales e internacionales denunciaron que se habían perforado las cavernas en el sistema Aktun T’uyul, la única fuente de agua potable de la Península de Yucatán.
El último revés para el proyecto ocurrió apenas el 13 de junio, cuando el Tribunal Colegiado con sede en Mérida, Yucatán, confirmó la suspensión definitiva que impide la construcción del Proyecto Tren Maya en el Tramo 7, otorgada a las comunidades indígenas de Xpujil y Calakmul en Campeche porque no fueron consultadas. Estas comunidades habían solicitado el amparo para proteger sus tierras y territorios ante la construcción del tren desde 2019.
Sin embargo, integrantes de las comunidades han denunciado en repetidas ocasiones que, a pesar de la suspensión concedida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), las obras no han parado.
Mientras estas denuncias siguen acumulándose y el presidente López Obrador continúa desestimándolas al llamar a sus autores ‘pseudoambientalistas’ financiados por gobiernos extranjeros, se espera que la construcción del Tren Maya concluya a principios de septiembre. La pregunta es ¿qué acciones tomará el próximo gobierno para resolver estas problemáticas?
¿Qué está perdiendo México con la construcción del Tren Maya?
De acuerdo al Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el Tren Maya podría ocasionar la deforestación de 2.500 hectáreas de selvas húmedas y secas en su paso por 13 áreas naturales protegidas a nivel federal. Expertos aseguran que el proyecto también pone en mayor riesgo a animales casi extintos, como el oso hormiguero y el mono aullador. En total son 170 especies que peligran por el desarrollo de la obra.
Greenpeace estima que desde que comenzó la construcción se han talado más de 10 millones de árboles. La organización también ha alertado en diversas ocasiones sobre la posible contaminación de agua limpia por derrames de diésel, filtraciones de concreto y la presencia de óxido. Lo más preocupante es que en esta región se encuentran cerca de 2.400 pozos de agua que le dan forma a un sistema geológico único y que son considerados de los pocos acuíferos saludables que existen en el país.
El Tramo 5 del desarrollo ha sido el más polémico debido a la difusión de fotos y videos en los que se observa la perforación de antiguas cuevas subterráneas en la Península de Yucatán y junto con esto, un daño irreversible a estalactitas cuya formación data de hace miles de años. Activistas denuncian que la obra carece de estudios para evaluar el impacto medioambiental y se refieren a ella como un “ecocidio”. Sin embargo, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador llama a estos integrantes de organizaciones (como “Sélvame del Tren”) como pseudoambientalistas y los acusa de lucrar en nombre de la defensa del ecosistema.
Pero, ¿cómo se ve la devastación? El biólogo y fotógrafo mexicano Fernando Martínez Belmar capturó una serie de imágenes que ponen en evidencia el daño al ecosistema y la forma en la que este proyecto ha modificado la vida de la fauna silvestre. Te dejamos aquí la galería.
En respuesta a estos señalamientos, el Gobierno de México ha argumentado que a la par de esta construcción se han creado nueve áreas naturales protegidas que suman 1.34 millones de hectáreas. Las autoridades también han destacado el establecimiento de la Región Gran Calakmul, que ahora es la segunda reserva de selva tropical más grande del mundo, solo superada por el Amazonas en Brasil.
De cualquier manera, es importante mencionar que el impacto ambiental del Tren Maya no se limita a la flora y que sus efectos nocivos tienen alcances más sutiles pero igualmente preocupantes, como la generación de ruido que causa la desorientación de murciélagos y el bloqueo en el libre tránsito de animales que ha incrementado en el último año el número de muertes por atropellamientos.
Tren Maya: ¿Protección o destrucción del patrimonio arqueológico?
En junio del 2024 el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), a través de su director, Diego Prieto aseguró que el Tren Maya, proyecto insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador, no ha causado daño alguno en los sitios arqueológicos aledaños a la obra.
Lo anterior resulta contradictorio, pues apenas en mayo del 2024 según El Universal, el investigador Bolfy Cottom, como parte de un proyecto de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, concluyó que la construcción del Tren Maya provocó entre otros daños, la pérdida irreversible de monumentos arqueológicos e información milenaria.
En la sesión “Región Maya, problemas culturales y socioambientales” de mayo 2024, Juan Manuel Sandoval, investigador del INAH, compartió los resultados de un análisis en el que destacó la destrucción y saqueo de monumentos en zonas arqueológicas sin explorar o recién descubiertas.
Otro investigador que planteó los riesgos del Tren Maya para las zonas arqueológicas fue el arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer. Tras escribir “La tragedia cultural del Siglo XXI” Cortés definió el proyecto como “la obra más depredadora en los tiempos modernos”. Posteriormente fue demandado por el Consejo de Arqueología del INAH en agosto del 2023.
Aún con todo, el gobierno insiste en que están velando por el patrimonio arqueológico mexicano. El INAH y la Secretaría de Cultura crearon un Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) para impulsar la investigación, restauración y conservación de 29 zonas arqueológicas repartidas en cinco estados: una en Chiapas, una en Tabasco, cuatro en Campeche, once en Yucatán y doce en Quintana Roo.
Promeza cuenta con una inversión de 4.905 millones de pesos, según compartió el Gobierno de México, y esto le permitió a los más de 450 trabajadores del INAH (entre arqueólogos, biólogos, geómatas e historiadores) y alrededor de 900 profesionales en otras áreas, realizar la mayor investigación arqueológica de la cultura y civilización maya.
La construcción del Tren Maya ha favorecido al turismo principalmente en Chichen Itzá, una de las Nuevas Maravillas del Mundo desde el 2007, pues de acuerdo con el Gobierno de México, el turismo incrementó un 23% desde su apertura. En este sentido se está trabajando en la construcción de tres museos para exhibir las piezas encontradas en la zona y en la apertura de dos zonas arqueológicas más: Ichkabal y Paamul.
Prieto aseguró que las tareas faltantes en la construcción son de menor impacto y los trabajadores seguirán con sus labores hasta finales del 2024. Hasta entonces y probablemente años después, el Tren Maya continuará siendo un tema de intenso debate que pone de manifiesto el conflicto entre el desarrollo y la protección cultural.
Los desafíos inmediatos del Tren Maya para Sheinbaum
Claudia Sheinbaum, la virtual presidenta electa, ya está trabajando con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el pase de estafeta del Tren Maya y las estrategias faltantes para concluirlo. El tramo que va de Escárcega hasta Chetumal se espera abrir en el mes de agosto y el tramo 6 de Chetumal a Cancún quedará abierto al público en septiembre, confirmó el mandatario.
Sin embargo, la administración entrante además de seguir con los proyectos que AMLO inició, tendrá que hacerse cargo de otros temas, como el presupuesto necesario para dar continuidad a la obra y las necesidades y garantías de quienes trabajan en ella.
Por ejemplo, esta semana algunos obreros denunciaron que están laborando bajo condiciones inseguras y a un ritmo acelerado con la encomienda de finalizar la obra antes del 31 de julio para que la inaugure el presidente antes de terminar su sexenio. También aseguraron que algunos de sus compañeros han sufrido lesiones por accidentes como el colapso de un castillo de varillas el 8 de julio o el derrumbe de una estructura en Mérida que lesionó a dos trabajadores en febrero del 2024.
Pero no es la primera vez que los trabajadores denuncian. En julio del 2023 reportaron malas condiciones, reducción de sueldos y abusos por parte de Sedena y al inicio de este año, familiares de trabajadores del Tren Maya se manifestaron frente a Palacio Nacional para denunciar pagos pendientes de tres meses por parte de la empresa Maya Dorado.
Sobre el presupuesto, en un encuentro con la prensa en Yucatán, a finales del mes de junio, Sheinbaum informó que ya está calculando el presupuesto que requerirá el Tren Maya el próximo año, sobre todo para agregar el servicio de carga. También compartió que está tomando en cuenta la propuesta del próximo gobernador, Joaquín Díaz, sobre ampliar el tren de pasajeros hasta Puerto Progreso.
La presidenta electa declaró en numerosas ocasiones que el Tren Maya es sólo el inicio de un ambicioso plan de proyectos ferroviarios. Durante una conferencia destacó que desarrollará trenes de pasajeros por todo el país.