
Por Abril Mulato, Rodrigo Sánchez y Dulce García
Durante meses, políticos y autoridades electorales en México han destacado que el próximo 2 de junio se celebrará el proceso electoral más grande y trascendental en la historia del país.
En menos de una semana, la nación de 130 millones de habitantes elegirá a su próximo presidente o presidenta, quien asumirá el cargo por seis años y tendrá la opción de continuar con las políticas de la administración actual o de implementar cambios radicales.
A los aspirantes ya los conocemos, pero por si acaso, acá va un repaso:
Claudia Sheinbaum es exjefa de Gobierno de la Ciudad de México y candidata por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que conforman la coalición “Sigamos Haciendo Historia”.
Xóchitl Gálvez es senadora con licencia por el Partido de Acción Nacional (PAN) hasta 2024 y es candidata a la presidencia de México por los partidos Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y PAN. Estas fuerzas políticas constituyen la Alianza “Fuerza y Corazón por México”.
Jorge Álvarez Máynez es exdiputado y se desempeñó como coordinador de precampaña de Samuel García, gobernador de de Nuevo León que aspiraba a la presidencia, pero que posteriormente declinó. Ahora es el candidato por el partido Movimiento Ciudadano (MC).
Pero, más allá de sus candidatos presidenciales, estos comicios serán grandes e históricamente significativos por otras cuestiones y esta semana vamos a hablar un poco más de ellos.
¿Por qué las elecciones de 2024 serán las más grandes que ha vivido México?
Para responder la pregunta es fundamental observar las cifras de candidaturas, el número de votantes y los esfuerzos realizados por la autoridad electoral.
La próxima jornada electoral se realizará en los 32 estados del país en donde se renovarán un total de 20.708 cargos a nivel federal, estatal y municipal. Además de la presidencia, se elegirán 500 diputaciones federales, 128 senadurías, nueve gubernaturas, 1.802 presidencias municipales, 14.764 regidurías, 1.975 sindicaturas, 431 cargos auxiliares (concejales) y 1.098 diputados locales.
Debido a la magnitud de estos comicios, el Instituto Nacional Electoral de México (INE) informó que se requirió una inversión de 10.444 millones 157.311 pesos (algo más de 606 millones de dólares).
Sobre el número de personas que saldrán a votar, hasta el 27 de marzo, la autoridad electoral mexicana reportó que en la lista nominal había 98 millones 409 mil 061 personas, lo que representa 9 millones más que las registradas en el listado de las últimas elecciones generales que se realizaron en 2018.
De los casi 99 millones de mexicanos que podrán votar este año, 51 millones 134 mil 348 son mujeres, 47 millones 274 mil 608 son hombres y 105 se identificaron como no binarias.
Para los comicios de este año se registraron 675.127 mexicanos que viven en el extranjero, quienes podrán emitir su voto por internet, de manera presencial en uno de los 23 módulos habilitados por el INE en Estados Unidos, Canadá, España y Francia; o enviarlo por correo. En 2018, solo 181.256 personas se registraron para votar fuera del país.
Por último, el domingo 2 de junio, en todo el país se instalarán 170.003 casillas de votación y se imprimirán 317 millones 094 mil 216 boletas electorales para las elecciones. Además el INE contrató a 49.780 personas que fungirán como capacitadores asistentes electorales y supervisores electorales.
¿Por qué estas elecciones podrían llegar a ser históricas?
De inicio porque todo apunta a que en las próximas elecciones, México podría elegir a la primera presidenta en su historia. Desde el inicio formal de las campañas el 1º de marzo, las encuestas indican que los bloques con mayores posibilidades de victoria son los de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Esto es especialmente significativo en un país que sigue enfrentando un fuerte machismo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), siete de cada diez mujeres mayores de 15 años han sufrido violencia machista, y en promedio, diez mujeres son asesinadas diariamente.
Además, el Inegi señala que México ocupa el puesto 33 en el ranking mundial de paridad de género, el cual evalúa la participación de las mujeres en puestos de poder y toma de decisiones en comparación con los hombres. La elección de una mujer como presidenta podría cambiar esta dinámica.
Por otro lado, esta podría convertirse en la elección más violenta en la historia del país. El Laboratorio Electoral, un think tank especializado en análisis electoral, reporta en su último informe que la contienda ha dejado 33 aspirantes asesinados. A esta cifra se suman 9 secuestros, 22 atentados, 75 amenazas y 24 asesinatos de personas vinculadas al proceso electoral.
En las elecciones de 2018, hubo 43 asesinatos relacionados con la violencia electoral, de los cuales 24 fueron de precandidatos o candidatos. En 2021, se registraron 88 asesinatos, de los cuales 30 correspondieron a precandidatos o candidatos. Según el Laboratorio Electoral, los casos de violencia aumentaron un 150% durante los primeros tres meses del año.
Recientemente, la Secretaría de Marina informó que 553 candidatos a algún cargo político son escoltados por un total de 3.474 elementos de las Fuerzas Armadas en vísperas de las elecciones del 2 de junio.
Otro aspecto histórico de estos comicios es que, por primera vez, las personas en prisión preventiva podrán votar para elegir al próximo presidente o presidenta de México.
El voto histórico de personas en prisión preventiva
Por primera vez en la historia, las personas en prisión preventiva en los centros penitenciarios en 31 de los 32 estados del país (con excepción de Yucatán, por emitir su solicitud a destiempo) ejercieron su derecho al voto para elegir a la próxima o próximo titular del Ejecutivo Federal.
De acuerdo al Instituto Nacional Electoral (INE), existen 30.947 personas privadas de la libertad con posibilidad de sufragio, de las cuales, más del 85% participaron en este ejercicio de voto anticipado durante el mes de mayo. La mayoría de los que no se presentaron en las urnas ese día obtuvieron su libertad o asistieron a alguna diligencia judicial.
Específicamente en la capital, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) estuvo presente en la jornada electoral y verificó que durante todo el proceso (que duró varias semanas) se impartieran pláticas y se transmitieran los debates presidenciales.
Según la CDHCM, esta iniciativa sin precedentes contribuye a la reinserción social de dicho grupo de atención prioritaria y representa un paso importante para el respeto del principio de presunción de inocencia, pues recordemos que a las personas en prisión preventiva no les dictan sentencia aún.
En el país 4 de cada 10 presos se encuentran en esta situación y, en la mayoría de los casos, su privación de la libertad no está justificada y se lleva por oficio. De acuerdo al último Censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 226.116 personas se encuentran encarceladas y de estas, el 39% están en prisión preventiva.
Este sector nunca había sido considerado en la democracia participativa, pero este año, 2.203 mujeres y 24.366 hombres en 214 centros penitenciarios en México se sumaron al ejercicio. De acuerdo al INE, el proceso de conteo de sus votos se hará de forma paralela a las elecciones ordinarias el próximo domingo 2 de junio.
Lo anterior estableció un estándar en cuanto al reconocimiento de los derechos político-electorales de todos los ciudadanos, sin embargo, es necesario que se consolide una relación más sólida entre los actores políticos, las instituciones electorales y el sistema penitenciario. Esto con el objetivo de posibilitar la aplicación y la ampliación de dicha agenda.
La batalla contra la desinformación en la contienda electoral
El próximo 2 de junio viviremos las elecciones más grandes y complejas no sólo porque están en juego 20.708 cargos públicos, también porque la ciudadanía se ha visto expuesta a un alto volumen de información y noticias falsas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) precisó que según su “Encuesta sobre el impacto en línea de la desinformación y discurso de odio” el 61% de los ciudadanos mexicanos consumen información a través de las redes sociales, 55% por televisión, 25% en páginas web de medios de comunicación, 14% en radio y sólo 9% en periódicos y revistas físicas.
El profesor Luis Hurtado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM resaltó para TV UNAM cómo la desinformación se ha convertido en un “virus” con la llegada de internet, “Se han convertido en un riesgo porque apela a las emociones, miedos, inseguridades y prejuicios para viralizarse en minutos”, destacó.
Ante esta problemática, numerosos medios independientes y organizaciones se han dado a la tarea de verificar la información compartida en internet, como Verificado, AFP, Chequeado, El Sabueso y El Observatorio de Medios Digitales, proyecto interdisciplinar de la Vicerrectoría de Investigación del Tecnológico de Monterrey. Las desinformaciones más comunes en tiempos electorales, según Verificado, son las que se refieren a denuncias de fraude, a las personas no habilitadas que supuestamente votan, las que refieren al mismo proceso de votación y las falsas propagandas de los candidatos.
Algunas de las fake news más virales de los últimos meses son la supuesta iniciativa de Morena de cerrar la Basílica de Guadalupe en CDMX para convertirla en un museo; el falso ataque de la Guardia Nacional a Xóchitl Gálvez o su propuesta de eliminación de la educación pública y gratuita; el falso tweet de Jorge Máynez que ponía en duda el Holocausto; y el registro de personas migrantes en la Lista Nominal del INE para cometer fraude.
El Instituto Nacional Electoral (INE) por su parte ha trabajado para ofrecer a la ciudadanía canales de fácil acceso con información directa y verídica, como su iniciativa “Certeza INE 2024” e “Inés”, su asistente virtual que brinda respuestas automatizadas con Inteligencia Artificial sobre la contienda electoral.
Medios como Sabueso y Verificado recomiendan prestar atención a las fuentes de información, no compartir noticias que generen dudas, sobre todo en plataformas de mensajería que tengan la leyenda “Reenviado muchas veces”, revisar el contexto del contenido y denunciar los abusos en línea ante la FISEL para ejercer un voto informado.
Las vías, herramientas y canales están ahí, ahora te toca a ti hacer uso de ellas y emitir un voto informado.