Por: Abril Mulato, Rodrigo Sánchez y Dulce García/ Ilustración Andonella
Este 2024, se cumplen 30 años desde que las Naciones Unidas comenzaron a conmemorar el Día Internacional de la Familia el 15 de mayo. La fecha tiene como objetivo crear conciencia sobre el papel fundamental que juegan las familias en la sociedad y reflexionar sobre cómo les afectan los procesos sociales, económicos y demográficos.
Organismos internacionales coinciden en que las familias son la unidad básica de la sociedad y que se adaptan a los cambios de cada época y comunidad de la que son parte con el único propósito de subsistir y protegerse, sin embargo no establecen cómo se tienen que conformar.
A pesar de ello, la idea de que una familia surge de la unión de un hombre y una mujer en matrimonio que concibieron hijas o hijos sigue arraigada en el pensamiento de la sociedad, aunque de manera decreciente.
Con el paso del tiempo, el concepto de familia ha evolucionado y ha pasado de una visión rígida que definía lo que se consideraba una familia ideal, hacia una perspectiva más flexible que reconoce y acoge la diversidad de experiencias familiares.
En Periodic consideramos necesario enfatizar la importancia del respeto hacia las familias diversas, especialmente cuando nos acercamos al trigésimo aniversario de esta conmemoración. También, creemos que es esencial reiterar la necesidad de eliminar los estereotipos de género en el núcleo familiar para asegurar que las niñas y mujeres tengan igualdad de acceso a oportunidades en la vida profesional y pública.
Por esta razón, esta semana nos proponemos explorar y ampliar el concepto de familia. Hablaremos sobre las diversas estructuras familiares, su evolución y los desafíos a los que se enfrentan.
De chile, mole y pozole: las familias son diversas
A pesar de que la ONU nunca estableció parámetros específicos que determinen quién puede conformar una familia, desde hace tiempo, el Día internacional de la Familia, se ha utilizado para que algunas organizaciones de derecha y religiosas aboguen por intereses particulares.
Estas suelen afirmar que la única familia que existe es la heteronormada, es decir la que se compone por un matrimonio heterosexual donde cada uno de los cónyuges cumple con los estereotipos y roles que le han sido asignados según su género y también promueven la concepción y el derecho a la vida.
Sin embargo, la diversidad de estructuras familiares que existe actualmente refleja la constante transformación de la sociedad contemporánea que difícilmente es 100% heteronormada. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en América Latina junto con las formas tradicionales de familia han surgido nuevas configuraciones familiares y acá abajo las enlistamos.
Nuclear sin hijes: Dos personas.
Nuclear monoparental con hijes: Un progenitor o progenitora con hijes
Nuclear biparental: Dos personas con hijes
Ampliada o extensa: Progenitoras(es) con o sin hijes y otros parientes( abuelos, tías, primes o sobrines, etc)
Compuesta: Una persona o pareja, con o sin hijes, con o sin otros parientes, y otros no parientes.
Ensamblada: Persona con hijes, que vive con otra persona con o sin hijes.
Homoparental: Progenitores del mismo sexo con hijes.
Heteroparental: Mujer y hombre con hijes
Sin núcleo: no existe una relación de pareja, progenitores(as) o hijes, pero existen otras relaciones de parentesco, por ejemplo: dos hermanas, una abuela y sus nietas, tío y tía y sobrinas, etcétera.
De acogida: Aquella con certificación de la autoridad para cuidar y proteger a niñes y adolescentes privados de cuidados parentales, por tiempo limitado.
De origen: Progenitores (as), tutores(as) y otros cuidadores (as) responsables, incluidos los abuelos (as), que tienen la custodia de los niñes y adolescentes dentro de un cierto grado de parentesco ascendente.
De acogimiento preadoptivo: Aquella que acoge provisionalmente a niñes y adolescentes con fines de adopción.
Sociedades de convivencia: Dos personas de igual o distinto sexo que establecen un hogar común con voluntad de permanencia y ayuda mutua (con o sin hijes).
Un análisis de ONU que incluye estadísticas cruzadas de censos de todo el mundo, establece que 38% de los hogares están compuestos por padres e hijos de cualquier edad; 27% son familias extensas; un 13% son parejas sin niños y otro 13% una persona sola. Otro 8% son familias monoparentales, de las que el 84% son monomarentales (familias encabezadas por una mujer). Y finalmente, un 2% convive con gente con la que no tienen parentesco.
El rol de la mujer en familias heteroparentales está cambiando, pero aún hay desafíos
El cambio en las estructuras familiares que se ha dado en los últimos años también ha afectado el papel que desempeñan las mujeres y las niñas en ellas. El informe “El progreso de las mujeres en el mundo” de las Naciones Unidas indica que actualmente hay evidencia significativa de que las mujeres están ganando más voz y poder de decisión en sus familias
Lo anterior se refleja en el aumento de la edad al contraer matrimonio, un mayor reconocimiento jurídico y social de diversas formas de unión, la disminución de las tasas de fecundidad debido a la capacidad de elegir el momento y el número de hijos deseados, así como en la creciente autonomía económica de las mujeres.
Estos cambios responden a transformaciones demográficas importantes y a un mayor acceso de mujeres y niñas a la educación y al empleo, pero también tienen que ver con el empoderamiento que han adquirido en el núcleo familiar.
Sin embargo, todavía hay entornos familiares que pueden ser espacios en donde se vulneran los derechos de las niñas y mujeres y en donde día con día se les violenta y discrimina. La realidad es que, aunque ha habido mejoras generales en el acceso de las mujeres a recursos económicos, en el mundo persiste una marcada desigualdad en la distribución del trabajo de cuidados no remunerado. En los hogares, las mujeres continúan realizando aproximadamente tres veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres.
En México, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), 17.2 millones de mujeres se dedican exclusivamente a las tareas del hogar, en contraste con 992 mil hombres que se dedican a estas labores de manera exclusiva. Lo que quiere decir que hay 17 veces más mujeres que hombres en esta situación.
Según datos de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) del INEGI, nueve de cada 10 personas que abandonan el mercado laboral por realizar tareas de cuidados son mujeres.
¿A qué se enfrentan las familias diversas en la actualidad?
“¡Todas las familias, todos los derechos!” es una de las muchas campañas impulsadas por organizaciones de la sociedad civil en México como All Out, Ledeser, Red de Madres Lesbianas y Cuenta Conmigo, que buscan el reconocimiento de la diversidad familiar y la creación de políticas que garanticen sus derechos. Su prioridad es recordar que lo que no se nombra no existe.
La visibilización de familias alejadas de la heteronorma es fundamental para el desarrollo de garantías sociales porque, por arcaico que parezca, el alejarse del estereotipo de familia provoca un gran número de complicaciones legales en trámites básicos como la solicitud de un pasaporte o de un acta de nacimiento. Actualmente, para realizar estos procedimientos se llegan a requerir hasta juicios de amparo
El problema se extiende a otras situaciones cotidianas como el riesgo de detenciones al viajar, los obstáculos en adquisición de una vivienda o la adopción de un hijx, la negativa para tomar decisiones en situaciones complejas de salud, la desigualdad socioeconómica (principalmente en familias monoparentales), la discriminación generalizada y el riesgo de exclusión social.
La familia tradicional, conformada por un matrimonio heterosexual e hijes, históricamente ha sido el foco para legislar, sin embargo, el surgimiento de otro tipo de estructuras se traduce en nuevos desafíos, según Judit Garrido, especialista en Derecho de Familia y violencia de género.
En este sentido, es urgente la creación de políticas que protejan a las familias diversas de grupos que buscan desacreditar sus vivencias mediante discursos violentos, así como estandarizar el proceso de adopción e impulsar programas que atiendan los principales vacíos legales.
La sociedad tiene que adaptarse a su propia evolución y reflexionar sobre la aceptación de los roles impuestos, que muchas veces atentan contra el derecho de autonomía. Aún hay mucho camino por recorrer, pero un primer paso importante es el reconocimiento de la existencia de otras realidades diferentes a la nuestra y la exigencia de un respaldo jurídico a las autoridades.
¿Cómo se puede reconocer y apoyar la diversidad familiar en México?
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) enfatiza que todas las familias en México tienen derecho a un trato digno y a una vida libre de discriminación. En el ámbito internacional la Comisión Nacional de los Derechos Humanos reconoce el derecho de todas las personas a fundar una familia independientemente de su orientación sexual, identidad de género, expresión de género y características sexuales.
La visibilización de la diversidad familiar es fundamental para desarrollar políticas públicas efectivas que promuevan la inclusión e igualdad. Uno de los primeros desafíos es el reconocimiento y acompañamiento, tanto dentro como fuera del núcleo familiar, lo que implica enfrentar interrogantes sobre las formas de crianza y el ejemplo para los infantes.
A esto hay que sumar que las familias que no cumplen con la heteronorma a menudo se encuentran con la desaprobación social donde sus lazos familiares son cuestionados o descalificados. Por ello constantemente buscan espacios seguros que les permitan un adecuado desarrollo de sus funciones familiares.
De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda realizado por el INEGI en 2020, se estima que hay alrededor de 350.000 hogares a nivel nacional conformados por parejas del mismo sexo, de los cuales más de 100.000 tienen hijes. Estas cifras subrayan la importancia de realizar ajustes normativos que beneficien a miles de personas, asegurando así el pleno cumplimiento de sus derechos familiares.
Si bien es cierto que la legalización del matrimonio igualitario en todo México y el reconocimiento del derecho a la vida familiar de parejas del mismo sexo desde 2017 representan avances alentadores hacia la igualdad y la inclusión, estos logros aún no son suficientes.
Es imprescindible entender que campañas como la de “¡Todas las familias, todos los derechos!”, de la que hablamos ayer, surgen de la necesidad de proteger a las familias LGBTIQ+ en el país y promover las modificaciones en los Códigos Civiles estatales que garanticen el reconocimiento de todas las familias. Solo así se podrá asegurar un entorno libre de discriminación para los niñes que sean adoptados.
También se requiere estandarizar el proceso de adopción para parejas del mismo sexo en todo el país y garantizar los derechos identitarios de los niñes y adolescentes trans y no binarios.